viernes, 25 de mayo de 2007

John Toole

Con quince años no se le ocurrió otra cosa que escribir:

"-¡Eres un marica! -gritó uno de los amigos de Bruce, cogiéndome por el cuello de la camisa.
Sentí un nudo en la garganta. No sabía qué significaba esa palabra, pero por su modo de decirlo supe que no era nada bueno. Miré a Bruce, pensando que podía interponerse entre el chico y yo, pero él se quedó donde estaba, mirándonos muy satisfecho.
Entonces recibí el primer tortazo. Fue en la cabeza, por encima del ojo, y me eché a llorar de nuevo, pero esta vez más fuerte. Todos me atacaron a la vez, sentí que caía hacia atrás y aterricé con los tres encima. Mi estómago hizo un desagradable ruido rechinante y empecé a notar que el vómito me subía a la garganta. Ahora los labios me sabían a sangre y sentía un miedo terrible que me hormigueaba por las piernas. El cosquilleo siguió avanzando hasta que me agarró allí donde más lo notaba. Entonces vomité, sobre mí, Bruce y los otros dos. Ellos gritaron y saltaron para apartarse de mí. Me quedé allí tendido, bajo el calor del sol, cubierto de polvo."

La escena sucede cuando tenía cinco años y lo habían llevado, por primera vez, a relacionarse con otros niños. Pertenece a su libro La Biblia de neón.

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